viernes, 26 de diciembre de 2008

PRODUCTOS TRANSGENICOS



Los alimentos transgénicos son todos aquellos que contienen ingredientes o que fueron producidos a partir de un Organismo Modificado Genéticamente. Provienen en su mayor parte de plantas transgénicas como el maíz o la soya. No siempre contienen las proteínas codificadas por los genes transferidos, porque muchas de ellas se expresan en partes de las plantas distintas a los órganos de cosecha.

Un transgénico (Organismo Modificado Genéticamente, OMG) es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro.
Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacteria que le permiten producir una sustancia insecticida.
La diferencia fundamental con las técnicas tradicionales de mejora genética es que permiten franquear las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza. Se trata de un experimento a gran escala basado en un modelo científico que está en entredicho.
Algunos de los peligros de estos cultivos para el medio ambiente y la agricultura son el incremento del uso de tóxicos en la agricultura, la contaminación genética, la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo de resistencias en insectos y "malas hierbas" o los efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles.

Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos.

Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Son una de las armas predilectas de estos dictadores de la alimentación, y lejos de constituir un medio para luchar contra el hambre, aumentan los problemas alimentarios. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. En Argentina, por ejemplo, la entrada masiva de soja transgénica exacerbó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de tecnologías sostenibles y justas, el acceso a los alimentos y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que requieren las verdaderas soluciones.
Defendemos la aplicación del principio de precaución y nos oponemos por lo tanto a cualquier liberación de OMG al medio ambiente. Los ensayos en campo, incluso a pequeña escala, presentan igualmente riesgos de contaminación genética, por lo que también deben prohibirse.
Greenpeace no se opone a la biotecnología siempre que se haga en ambientes confinados, controlados, sin interacción con el medio. A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.

Los agricultores han estado mejorando sus plantas a través de cruces y selección desde hace siglos. También se han usado microorganismos como las levaduras y bacterias para hacer el pan, yogurt, queso, cerveza, etc. desde hace milenios. Todas estas técnicas son formas antiguas de lo que hoy llamamos biotecnología, pero con la diferencia de que en la actualidad los grandes avances de la ingeniería genética permiten manipulaciones de los genes inimaginables hace unos pocos años.
La ingeniería genética ha permitido avances como los siguientes:
Protección contra los insectos.- Se sabía que una bacteria del suelo, Bacillus thuringiensis, produce una proteína que mata a los insectos, mientras no daña a otros organismos. Por estas buenas cualidades se estaba usando como insecticida desde principios de siglo. Ahora, gracias a la biotecnología, el gen que sintetiza esa proteína se ha introducido en diferentes plantas, por ejemplo, de patata, algodón, maíz que así quedan defendidos contra diversos insectos.
Protección contra hongos, virus, etc.- Introduciendo pequeños fragmentos de AND del virus que hace enfermar al boniato se ha conseguido que la misma planta desarrolle un sistema de defensa contra esa enfermedad.

Control de malas hierbas.- Entre los casos más conocidos de plantas manipuladas por ingeniería genética están los de la soja y otras como el maíz, algodón, etc. en los que una compañía -Monsanto- ha conseguido introducir un gen que les hace resistentes a un herbicida (Roundup) que fabrica la misma compañía. El agricultor que planta la semilla de soja con el gen introducido por Monsanto puede usar tranquilamente el herbicida Roundup en ese campo, sabiendo que morirán todas las malas hierbas, pero que su soja no sufrirá ningún daño.
Otros avances.- Por técnicas de ingeniería genética se están consiguiendo tomates o frutas u otras plantas muy resistentes a la putrefacción, lo que facilita su transporte. También patatas y tomates con menos proporción de agua por fruto lo que multiplica las calorías que se pueden obtener por el mismo trabajo de recogida. Maíz y soja con más aminoácidos esenciales. Café natural descafeinado. Y muchos otros productos.

PRINCIPALES EMPRESAS Y PAÍSES PRODUCTORES DE ALIMENTOS TRANSGÉNICOS


La Empresa Multinacional Monsanto tiene el 80% del mercado de las plantas transgénicas, seguida por Aventis con el 7%, Syngenta (antes Novartis) con el 5%, BASF con el 5% y DuPont con el 3%. Estas empresas también producen el 60% de los plaguicidas y el 23% de las semillas comerciales.
Casi dos tercios de los cultivos transgénicos que se producen en el mundo se encuentran en los Estados Unidos (59%). Aunque la superficie plantada de cultivos transgénicos en este país sigue creciendo, su proporción de la superficie mundial ha disminuido rápidamente, al haber incrementado Argentina (20%), Brasil (6%), Canadá (6%), China (5%), Paraguay (2%), y Sudáfrica (1%) sus plantaciones. Así, los transgénicos se cultivan en 7 países industrializados tales como Estados Unidos, Canadá, Australia, España, Alemania, Rumania y Bulgaria y en 11 países en desarrollo Argentina, China, Sudáfrica, México, Indonesia, Brasil, India, Paraguay, Uruguay, Colombia, Honduras y Filipinas.


ALIMENTOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS


La modificación genética consiste en el proceso de transferir artificialmente la información específica de un tipo de organismo a otro. Por ejemplo: De un pez a un tomate, o de un animal a una planta. (La alternativa de combinaciones que pueda imaginarse y que pueda servir para algún fin particular)
¿Cuales son las razones de lograr tal intercambio? Transferir las cualidades deseables de un organismo a otro.
¿Existe necesidad de alcanzar tal objetivo? Actualmente se puede producir suficiente comida sin recurrir a la utilización de esta tecnología. Por esto, los motivos para la modificación genética están principalmente basados en razones comerciales y políticas que no siempre consideran la salud y la nutrición, dados los graves potenciales peligros que su aplicación puede implicar.
Los ingredientes (sustancias transgénicas) más habituales y a tener en cuenta al momento de leer una etiqueta de alimentos son los siguientes:
lecitina de soja
proteína vegetal texturizada
proteína texturada de soja
dextrosa
aceite vegetal hidrogenado
emulsificante - proteína de soja aislada
harina de soja
Actualmente la mayoría de los productos contienen bases de soja o lecitina de soja, y suelen aparecen camuflados bajo la inscripción 322.
Por ejemplo, en la República Argentina, la zona donde existen cultivos de semillas y productos genéticamente alterados es la de la pampa húmeda y sobre el total de la producción de su zona, el proporcional de productos transgénicos es el siguiente:
Soja: 85%
Maíz: 20%
Algodón: 0,9%
Las aplicaciones de la ingeniería genética reconocidas para obtener productos de características mejoradas son las siguientes:
Apio - Zanahoria: - Prolongar el caroteno crujiente en el momento de ser ingerido.

Achicoria (radicheta): - Incremento de la dulzura en su sabor.

Café: - Mejorar la resistencia al ataque de insectos, - Incrementar el rinde productivo. (Rendimiento de la plantación y la cosecha), - Reforzar el aroma, - Reducir el contenido de cafeína.
Maíz: - Incrementar la resistencia al ataque de insectos.
Papa: - Potenciar su resistencia a ser afectada por virus, - Aumentar su resistencia al ataque de insectos, - Reducir su capacidad de absorción de aceites (durante la fritura), - Obtener variedades mas dulces,
Soja: - Reducir la necesidad de utilización de fertilizantes, - Favorecer su resistencia a herbicidas mas selectivos, - Incrementar su aporte nutritivo aumentando su valor proteico, - Eliminar los componentes causantes de alergias.
Uva: - Conseguir nuevas variedades sin semillas.

Los alimentos transgénicos ya están en nuestra mesa. Son parte de la globalización económica: diseñados por grandes multinacionales ávidas de beneficios, llegan a buena parte del globo para ser consumidos por gente como tú.

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